P&R: Markus Thiel nos ofrece una visión fascinante

Uno de nuestros empleados más veteranos nos lo cuenta todo.

Bienvenido a nuestra serie de entrevistas a empleados, empezando por Markus Thiel.

En esta serie, le ofrecemos una mirada exclusiva entre bastidores a las personas que impulsan nuestra empresa con pasión y dedicación.

Trabajo en Plasmatreat desde julio de 1994. Realicé varios trabajos diferentes y ahora soy jefe de grupo del equipo de diseño eléctrico.

- Markus Thiel, Jefe de equipo de diseño eléctrico

Markus, ¿cuáles fueron sus primeras impresiones al incorporarse a la empresa?
Todavía recuerdo muy bien mi entrevista de trabajo. En un principio iba a tener lugar con varias personas, pero rápidamente se entabló una intensa conversación con el responsable. Incluso durante la entrevista, me mostró aplicaciones prácticas y su entusiasmo por la innovación y la tecnología se me transmitió de inmediato.

Un momento especialmente memorable fue cuando entré en una sala oscura con descargas de corona brillando por todas partes: un espectáculo fascinante que despertó mi interés de inmediato. Otra experiencia que recuerdo especialmente fue el momento en que me enseñaron un transformador, no en una carcasa normal, sino en un simple cubo de plástico. Este pensamiento creativo y poco convencional me causó una impresión duradera.

Después de la conversación, al principio todo quedó en calma. No supe nada durante cuatro semanas, hasta que por fin llamé para preguntar. La secretaria me dijo que querían contratarme, pero que aún no habían conseguido llamarme. Un comienzo insólito, pero que mereció la pena.

 

Markus, ¿cómo cree que ha cambiado la empresa en los últimos 30 años?
Los primeros diez años fueron la transición de una empresa de nueva creación a una empresa industrial. Al principio, todavía se hacían muchas cosas: todo el mundo hacía de todo, desde preparar presupuestos hasta el montaje y la formación. Hoy, las tareas son mucho más especializadas. La evolución hasta convertirnos en una empresa global con 300 empleados es impresionante. Estoy especialmente orgulloso de nuestras certificaciones, por ejemplo UL o CE, en las que trabajamos durante muchos años. La persistencia ha sido la clave del éxito.
 

Markus, ¿cuál ha sido el proyecto más difícil en el que ha trabajado y qué ha aprendido de él?
El proyecto más difícil fue una célula de plasma automatizada para un proveedor de la industria del automóvil en Illinois, Estados Unidos. Era mi primer viaje a Norteamérica y no sabía exactamente qué esperar. Junto con mi colega Guido Marks, aquí en Alemania, montamos y pusimos en marcha una célula completa in situ en diez días. Nos repartimos el trabajo: Mientras Guido dormía en Alemania, yo desarrollaba ideas en Estados Unidos y las transmitía a Alemania. Mientras yo dormía, Guido redactaba los planos electrónicos y los documentos de producción, que yo convertía en realidad al día siguiente en Estados Unidos.

Este proyecto me demostró que se puede conseguir más de lo que se piensa con un enfoque estructurado. Fue un hito para mí.

Markus, ¿de qué éxitos o logros se siente especialmente orgulloso?
Estoy especialmente orgulloso del módulo LCM que desarrollé para la monitorización del plasma. Permite un control continuo del proceso y todavía hoy está integrado en cada una de nuestras boquillas. También hay sistemas que diseñé hace más de 25 años que siguen en uso. Esta estabilidad a largo plazo demuestra lo sostenible de nuestro trabajo y lo funcionales que son nuestros sistemas y la tecnología del plasma.

Markus, ¿cómo describiría la cultura corporativa?
Nuestra cultura ha evolucionado a medida que la empresa crecía. Hemos pasado de tener tres empleados a 300, y aun así hemos mantenido nuestras jerarquías planas. Eso es una gran ventaja. El espíritu de equipo es fuerte. Todo el mundo tiene los oídos abiertos, sea cual sea el problema. Este espíritu de equipo es una de las razones de nuestro éxito.

 

Markus, ¿hubo algún mentor o modelo en la empresa que le inspirara?
Sin duda. Buske y Förnsel, que participaron en la fundación de la empresa, me impresionaron por su espíritu innovador y su diversidad de ideas. Christian Buske, en particular, me inspiró, sobre todo por su valentía para expandir la empresa por todo el mundo en una fase muy temprana y por pensar siempre de forma innovadora. Este pensamiento innovador nos ha convertido en líderes del mercado mundial.

Markus, ¿cómo han cambiado sus tareas y responsabilidades a lo largo de los años?
He trabajado en casi todas las áreas centrales de la empresa. Al principio, viajaba mucho in situ, formaba a los clientes y hacía presentaciones. Las misiones en Japón, China y Tailandia fueron especialmente interesantes. Las diferencias culturales fueron a menudo un reto, pero ampliaron mis horizontes. Hoy, como jefe de equipo de diseño eléctrico, me concentro en el desarrollo de mi equipo y en la promoción de los compañeros más jóvenes, sin perder de vista las tareas de diseño eléctrico.

Markus, ¿qué espera del futuro de la empresa?
Espero que mantengamos nuestras jerarquías planas y sigamos impulsando la estandarización. Sólo así podremos reaccionar con rapidez y seguir siendo competitivos. Deberíamos seguir ampliando nuestro punto de venta único en el área de PlasmaPlus y desarrollar nuevas posibilidades de aplicación.

Markus, ¿qué consejo daría a los nuevos empleados?
¡Sed flexibles y estad abiertos a lo nuevo! Las decisiones suelen tener una vida media corta y hay que ser capaz de afrontarlas mentalmente. Es importante disfrutar con planteamientos poco convencionales y adaptarse a las circunstancias.

Markus, ¿qué más te gustaría aprender?

Me gustaría aprender a responder mejor a las distintas generaciones. Cada generación tiene su propia forma de pensar y hay que encontrar el enfoque adecuado para transmitir los conocimientos con éxito.

Markus, ¿hay alguna experiencia o anécdota en particular que se le haya quedado grabada en la memoria?
Después de los primeros intentos de pretratamiento, siempre comprobábamos inmediatamente si el pretratamiento con plasma había tenido éxito, yendo yo al grifo. Era la forma más original de probar la tinta, pero funcionaba y demuestra el pragmatismo con el que trabajábamos a menudo.

Queremos agradecer a Markus el tiempo que nos ha dedicado y sus interesantes reflexiones sobre cómo se ha desarrollado el trabajo en Plasmatreat en los últimos 30 años.